Marrón glacé

Se trata de una castaña, natural, de los Alpes, que después de haber sido recolectada e importada, se pela individualmente con mucho cuidado de no romper tan preciado manjar. Una vez pelada, se procede a confitar la castaña. En esta operación, es muy importante mantener la castaña de una sóla pieza. Ésta debe estar un mínimo de 2 meses de maduración en su confitura, cerrada al vacío. Cuanto mayor sea el tiempo de maduración, mejor será el resultado final.

Una vez confitada, se escurre muy bien su confitura y se glasean con un baño especial con secado a baja temperatura que le confiere su aspecto final tan reconocido.

Éste, sin duda, es uno de los productos más selectos, dada su exclusividad, de las fiestas navideñas. También es verdad que goza de auténticos admiradores que las solicitan en cualquier época del año.